24/04/2024 - Edición Nº1967

Entrevistas | 1 jul 2011

JUANJO DOMINGUEZ: "LA BUROCRACIA DE LAS DISCOGRÁFICAS SE VA A ACABAR"

Es dueño de un virtuosismo inigualable que lo hace uno de los músicos más importantes de nuestro país y del mundo. Tuvo su primera guitarra a los 5 y a los 12 se recibió de profesor. Reivindica el estudio. Admirador de Carlos Gardel, separado de las grandes discográficas, acaba de fundar su propio sello, con el que editó “Sin Red”, un disco en el que participó Andrés Calamaro y en el que improvisa sobre la marcha.


Por Hernán Cacace

Un colgante con una clave de sol, también un aro y la misma imagen en la punta blanca de sus zapatillas de lona son apenas un símbolo de este hombre al que la música pareciera brotarle de cada uno de sus poros. A meses de cumplir seis décadas de vida, el próximo 23 de octubre, más de cinco las dedicó al mundo de los do, los re, las blancas y las corcheas...

"Empecé a los 5 años con la guitarra, de verlo a mi viejo. Él jugueteaba, más que nada, con el instrumento, pero a mí de entrada me mandaron a estudiar. Esa era la condición. En la familia de mi vieja había algunas experiencias que no habían gustado, como las de un tío que tocaba como aficionado pero que lo hacía para bolichear. Entonces mi vieja me dijo: para tocar la guitarra tenés que estudiar. Así empecé a los 8 en la Academia Oliva de Lanús, a los 12 me recibí de profesor y luego de concertista en el Julián Aguirre de Lomas de Zamora. Pero a los 14, 15 años me agarró el gustito por la música popular y empecé a acompañar a cantores de tango como Echagüe, Laborde, Podesta, Marino,  y ahí definitivamente me largué para ese lado”, rememora Juanjo.

Estudió también peluquería, dactilografía, taquigrafía, actividades “que no le estropearan las manos", que no llegó a ejercer de manera profesional, aunque sí en su vida cotidiana, por ejemplo, cortándole el pelo a sus músicos en sus giras a Japón. Pero su meta siempre fue la guitarra.

 

 

¿Siempre fuiste un apasionado del estudio?

 

Mi hermano, por ejemplo, venía del colegio, se sacaba el guardapolvo y se iba a jugar a la pelota, yo me metía a estudiar. Además de tener capacidad, era muy responsable. Nunca subí a un escenario con una partitura delante, tengo mucha memoria. Es el día de hoy que me acuerdo de los métodos de estudio, hasta de cuando hay que dar vuelta la hoja. Pero porque lo estudié en serio.

Yo nací para tocar la guitarra, pero a eso hay que ayudarlo estudiando, porque cuando las cosas se aprenden bien, no se olvidan. Por ejemplo, escribo con todos los dedos de la mano a una velocidad impresionante porque lo aprendí bien. Creo que todo aquel que hace una cosa bien, si se lo propone, puede llegar a hacer cualquier cosa bien.

 

¿Seguís estudiando?

 

Lo mío ya es más una práctica de rutina, ahora practico trabajando. Es más, los arreglos, lo que puedo llegar a desarrollar, lo hago mentalmente. Cuando me voy a la catrera estoy pensando en ese tema que estoy arreglando. Pero, claro, son 50 años de estar con el instrumento en la mano. Ya la miro a la guitarra y toca...

 

¿Qué aprendiste de los músicos que pasaron a tu lado?

 

De Horacio Guarany, que es un tipo que por ahí va a un estudio y no sabe decir dame medios o sacame agudos, pero él sabe lo que quiere; y el "Polaco" en el escenario igual, no era un cantor, era un músico, tenía un sentido del ritmo, del fraseo, una afinación total. Lo escuchabas cantar "Garúa" y te llenaba de hastió, de frío, te daban ganas de abrigarte. Era impresionante.

 

¿Cuáles fueron sus referentes musicales?

 

Agustín Barrios, Roberto Grela, Tito Francia, Oscar Alemán, Eduardo Falú. Pero para lograr tu personalidad tenés que separarte.

 

Sin embargo, alguien que lo acompañará en cada una de sus presentaciones, (generalmente abre los shows con un tema de él) será Carlos Gardel...

 

Soy admirador de Carlos Gardel. No fanático, admirador. Me siento identificado con él. Las condiciones que tenía Gardel trato de tenerlas presente, ser un buen tipo, un buen compañero, disciplinado, no se le conocen anécdotas raras... Una vuelta le pregunté a Plácido Domingo de Gardel y me puso feliz que, en las reuniones de canto de él con Pavarotti y Carreras, el tema obligado era, además del canto, Carlos Gardel.

 

 

Sin Red

 

Su último trabajo discográfico, “Sin Red”, editado a fines del 2009después de un parate, tiene la particularidad de haber sido grabado sin segundas tomas, ensayos previos, ni cortes, dándole rienda suelta a la improvisación en composiciones que van de la zamba al gato y del tango a la comparsa cubana en la música de Eduardo Fálu, Astor Piazzolla, Osvaldo Pugliese, Héctor Ayala, Alfredo Lepera y Carlos Gardel, uHomero y Virgilio Expósito, entre otros.  

 

¿Cómo definirías este trabajo?

 

“Sin Red” es un tipo que sube al escenario y se larga al trapecio sin una red de fondo. Sabés las consecuencias, si te caes te hacés mierda, entonces, lo hacés con seriedad, responsabilidad, profesionalidad, pero como los grandes músicos, los más celebres, Chopin, Mozart, Beethoven, a través de la improvisación. Por ejemplo, a Mozart le mostraban una melodía y el tipo se sentaba en el piano y te la hacía millones de veces mejor, porque lo hacía a través de su talento. Y siempre fue de mi gusto improvisar, es algo que no se estudia, es natural. Pasa también con los grandes payadores, como Juan de Navas Gabino Ezeiza, te hacían una rima y vos te quedabas pensando si lo tenía escrito.

 

¿Por qué decidiste grabar de forma independiente?

 

El último disco lo había grabado hace 6 o 7 años para Epsa y me dije no grabo más, me cansé de la burocracia discográfica. Pasa que caminás solamente para ellos, las regalías son mínimas; en un contrato de 100 cláusulas, 99 son para ellos. Y un amigo mío que era empresario, Felipe, me propuso poner un sello propio y grabar para mí, y así nació Junín Music, y de ahí salió Sin Red.

 

¿Cómo es transitar el camino de la independencia?

 

Para mí sería mucho más piola darle mi disco a una compañía, dedicarme a tocar y no a hacer números, pero no me dan opción. Es un tema ponerse una discográfica, tenés que grabar, mezclar, masterizar, distribuir, pero si tenés las posibilidad de poner ese mango largo, tenés el 80 % de ganancia para vos cuando de la otra forma tenés sólo un 4 %. Son muchas cosas, pero si lo manejas bien es redituable. Le cuesta más a alguien que recién arranca. Yo, por ejemplo, hace un año, con “Sin Red” superé en plata a todos los discos que saqué con las compañías. Es un ejemplo del afano que te hacen. Pero la burocracia de las discográficas se va a acabar.

 

No se puede concluir esta entrevista sin hablar sobre tu gran amor: la guitarra.

 

La melodía es la continuación de mi mente y la guitarra es la continuación de mis manos; y aunque no soy poeta, un día, mirándola fuera del estuche, le dije: Así quedás compañera, en un rincón de la pieza; al verte sola te embelesa tu postura de hembra fuerte, tal vez en algún camino vibrarás junto a mi muerte. Creo que es así: si la guitarra está sola y yo me muero, va a vibrar. Somos la misma cosa.

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