28/03/2024 - Edición Nº1940

Geopolítica | 1 dic 2014

ENTREVISTA A Gloria Vidal Illingworth, representante del gobierno de Rafael Correa en Argentina

Gloria Vidal Illingworth analiza la profundización de la relación entre los dos países, el combate contra el discurso de los medios monopólicos y la figura de Néstor Kirchner como el primer secretario general de la UNASUR.


Por Héctor Bernardo

 La embajadora de la República de Ecuador en Argentina, Gloria Vidal Illingworth, charló con Revista2016 sobre la relación entre estos dos países sudamericanos, el funcionamiento de la Ley de Medios (sancionada recientemente), los espacios de integración regional, Unasur, Celac, Mercosur y Alba; y el recuerdo de dos grandes líderes de la nueva era: Hugo Chávez y Néstor Kirchner.

 - ¿Cómo está actualmente el vínculo entre Argentina y Ecuador?

- Es importante decir que la relación entre nuestros dos países ha dejado de pasar por el tema comercial para fortalecerse en términos políticos, sociales, culturales y hasta turísticos.

Creemos que con las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner los vínculos con Ecuador se han hecho cada vez más fuertes. Esto se ha dado por las coincidencias que hubo y hay entre ellos y el presidente Rafael Correa. Coincidencias ideológicas y en la voluntad de llevar adelante un proceso que busca la mayor cohesión social en estos países.

Hubo un aspecto importante que fue pasar de tener solo una relación comercial a vincularse en otros campos. Ecuador por ejemplo, ha sido absolutamente solidario: ha apoyado, por mencionar una de las posturas, el tema Malvinas. Ecuador tuvo la Presidencia del Comité de Descolonización en OEA (la Organización de Estados Americanos) y desde ese lugar apoyó permanentemente la postura argentina sobre su reclamo legítimo de soberanía sobre las Malvinas. Todo esto se da porque vivimos un momento en que los países están pasando por un cambio bastante revolucionario de las relaciones de poder. Mayor coincidencia que la actual no ha existido nunca.

 - ¿Cómo está la imagen del presidente Correa en Ecuador?

- El presidente siempre ha mantenido un nivel muy alto de su imagen positiva. La gente siente que Correa hace lo que gobiernos anteriores no se animaron a hacer. Cambios duros, cambios problemáticos, que desafían un orden constituido, pero que eran necesarios. Las personas, más allá de que voten por él o no, lo reconocen como un hombre honesto, probo y tienen una gran aceptación por su gestión. Creo que la sociedad ecuatoriana ha visto en Rafael Correa un líder indiscutible de este cambio.

 - ¿Cuáles han sido los elementos que ha tenido que enfrentar el presidente Correa para lograr esos cambios?

- Cuando se modifica lo que es “normal” para el ser humano, es común que sienta temor a esos cambios. Ese temor puede ser expresado de distintas maneras: en algunos casos puede ser por intermedio de una oposición violenta, o de otras formas. Obviamente que cuando uno toca intereses de grupos que estaban acostumbrados a un determinado proceder de un Estado débil, esos lugares son muy sensibles. Tanto para los beneficiados con un desarrollo social muy sostenido, como para aquellas personas que están en ese 1% de los que más tienen. Es posible que esa situación se viva con algo de tensión. Las mayorías, a pesar de no saber qué iba a pasar con este cambio, cada día la palabra del Presidente y la transformación que está viviendo el Ecuador, dan fe de que se trata de una cambio muy positivo.

- ¿Cuáles son los elementos principales que permiten que la imagen del presidente siga siendo tan positiva?

Uno de los puntos fuertes del presidente es la comunicación. Él comunica permanentemente. Los días martes da una rueda de prensa y los días sábados utiliza un espacio en el que él hace una rendición de cuentas. Eso le ha dado muchísima credibilidad.

 - Acaba de hacer referencia a un tema clave en América Latina, la comunicación. ¿Cómo ve hoy la situación de los medios de comunicación en Ecuador?

- En el 2013 se aprobó la Ley de Comunicación, luego de más de 5 años de debate, construcción, propuestas, ajustes y mesas de diálogo.

Es una ley que se da en un marco que por ejemplo abarca las relaciones que en el pasado existieron entre el sistema financiero y los dueños de medios. Podía darse el caso que el dueño de un banco que estaba a punto de quebrar, fuera a su vez el dueño de los más grandes y poderosos medios de comunicación. Por lo tanto, existía un discurso que trataban de instalar esos medios de comunicación en apoyo o a favor de un determinado sistema bancario. Eso es solo un ejemplo. La ley se basa en la historia del Ecuador para hacer un ajuste, una regulación, un marco legal que permita que haya una comunicación mucho más trasparente, certera y cercana al ciudadano. La ley permite que los grandes medios existan pero también que existan miles de medios pequeños, comunitarios, con vocación social. Que lleguen también a lo largo y ancho del país y que haya distintas formas de comunicación, no solamente una vía a través de los grandes medios, sino que también haya muchos medios pequeños y medianos, locales y regionales que trasmitan noticias que son propias de ese ámbito.

El enfoque que se le pide al espectro noticioso tiene que ver también con respetar la voz del aludido y que esa persona tenga el espacio para poderse expresar. También hace referencia al linchamiento mediático, que es la persecución a través de los medios de una determinada persona sin darle espacio a la defensa en el mismo nivel y en la misma estructura en la que fue mencionado.

Dentro de la Ley de Comunicación también tenemos lo que implica la regulación del medio y con la base de la noticia, es decir, la argumentación de la noticia, la investigación que se hizo y la cantidad de fuentes que se utilizaron.

Toda ley es perfectible. Esta es una ley que consideramos que es bastante buena. Seguramente en el ejercicio de la misma se van a logar algunas enmiendas en el futuro que la van a hacer mejor aún.

 - ¿Cómo evalúa los distintos espacios de integración que han surgido en las últimas décadas?

- En enero de 2015 Ecuador recibe la presidencia pro tempore de la CELAC, de manos de Costra Rica. Es interesante saber los desafíos a los que se va a enfrentar la CELAC. Desafíos de integración que tienen que ver por ejemplo con la forma en que la región va a enfrentar los nuevos objetivos que en Naciones Unidas se está debatiendo. Los presidentes de la región eligieron a la CELAC como el ámbito que los represente en el debate de los objetivos propuestos en Naciones Unidas.

El ALBA, esta alianza de los pueblos bolivarianos es tremendamente interesante a nivel político, y también a nivel de conciliar aquellos proyectos que han dado mucho resultado en nuestros países y que es posible llevarlos adelante en otros con menor costo. Me refiero por ejemplo al tema de educación en Cuba que puede permitir a otros países ser apoyados por esa gran trayectoria que Cuba tiene en los temas educativos. El ALBA para nosotros fue muy importante en septiembre de 2010 cuando fue amenaza nuevamente la democracia en el Ecuador. El haber tenido una respuesta inmediata de los países miembros del ALBA y de los países miembros de UNASUR, permitió que el régimen democrático no se viera vulnerado. Eso destaca la importancia de estos procesos políticos en la región.

 - ¿Cómo se ha sentido en Ecuador la pérdida de dos grandes líderes latinoamericanos como lo fueron Néstor Kirchner y Hugo Chávez?

- Ha sido algo muy fuerte. Pensamos que hay todo un proceso que ya tiene más de una década en marcha en América Latina y tanto Néstor como Hugo Chávez fueron íconos de este cambio, por lo que son ausencias que se sienten mucho. Recordemos que Néstor fue el primer secretario general de la UNASUR. En ese sentido el impulso que podría tener en la región una organización como esta, sin la figura de dos líderes para los pueblos hermanos de Argentina y Venezuela representan una ausencia que se siente todavía. 

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