Por: Héctor Bernardo y Lilibet Enriquez

Luego de 72 horas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos aún no se sabe quién ocupará la Casa Blanca en los próximos cuatro años. Más de 150 millones de personas, una inusual alta cifra de participación, eligieron entre dos hombres blancos, millonarios y ultrareligiosos: el demócrata Joe Biden y el actual mandatario, el republicano Donald Trump.

Hasta el momento, Biden lidera la carrera y ya se convirtió en el aspirante a presidente más votado en la historia de ese país, superando incluso al también demócrata Barack Obama en su amplia victoria de 2008. Por su parte, Trump espera la reelección en medio de polémicas declaraciones, al amenazar con no entregar el cargo, denunciar fraude (incluso desde mucho antes de las elecciones) y declarar su triunfo antes de conocerse los resultados oficiales.

El escenario montado alrededor de estas elecciones mostró otra realidad de Estados Unidos, aseguró a Revista 2016 la periodista Stella Calloni, pues “si cualquiera de nuestros países tuviera una demora como la que hay ahora en las elecciones de Estados Unidos o eligiera un presidente no por la mayoría, sino mediante este complejo armado estadounidense, estaríamos condenados, seríamos acusados de dictatoriales y tendríamos una campaña internacional de peso”.

En cambio, dijo, “allí hemos visto el accionar del peor presidente en la historia del país, al que Noam Chomsky considera un criminal de lesa humanidad, por haber condenado a una extensa masa de la población estadounidense a morir sin ninguna ayuda sanitaria ni médica”.

Este 5 de noviembre, mientras se esperaban los resultados oficiales de las elecciones, Estados Unidos estableció un nuevo récord de contagios diarios con el coronavirus al sumar 121.888 casos positivos. Hasta el momento, es el país más afectado, contabilizando 9.610.965 casos positivos y 234.944 fallecidos por COVID-19.

“La pandemia dejó ver la verdadera cara de Estados Unidos. Quedó en evidencia la increíble situación de millones de estadounidenses, los trabajadores, los afroamericanos, los latinos y una gran parte de la población blanca que no es la ultraconservadora que estaba sufriendo los efectos de la crisis en Estados Unidos, desde antes de la pandemia. Todos ellos fueron condenados con una especie de guerra biológica. Ahí vimos a un Estado incapaz, ineficiente, indiferente, que ponía la economía sobre la vida de las personas, con un registro de más de 200 mil muertos, que es como si no existieran. Fueron excluidos en la vida y excluidos en la muerte”, sostuvo Callonni.

A pesar de eso, una gran parte de la población estadounidense ha votado a Trump, quien ha obtenido más de 68 millones de votos, reafirmando que “es uno de los países del mundo más desinformados, más educados en la industria imperial de la desinformación y el entretenimiento, más destruidos en su conciencia. Joseph Goebbels estaría feliz en esa masa enorme de población totalmente ajena a la realidad del mundo y a su propia realidad”, comentó la periodista.

[No era lo mismo Trump que Biden]

Si bien la política estadounidense hacia Latinoamérica no ha variado mucho entre gobiernos republicanos y demócratas, y tampoco se esperan grandes cambios ahora, “No era lo mismo Trump que Biden”.

“Nunca, en 350 años de la historia de Estados Unidos, hubo un presidente como Trump, cuyos asesores fueran los sectores más fundamentalistas, más radicalizados, más fascistas y mafiosos de ese país, como fueron los grupos cubanoamericanos, por ejemplo, encabezados por el representante de la Florida, Marco Rubio. Que él y Elliott Abrams (un hombre que debería estar detenido los crímenes de lesa humanidad cometidos en Centroamérica), fueran los principales asesores sobre América Latina, daba la pauta de que no era lo mismo. Además, Trump está estrechamente vinculado al lobby israelí a través de su yerno, Jared Kushner”, afirmó.

“Ni siquiera Ronald Reagan, que fue quien montó todo este esquema de intervención y de reapoderamiento América Latina, ni el peor del presidente del pasado puede compararse con Trump, un engendro, un presidente totalmente ignorante de la política”, sentenció.

Calloni remarcó que “estamos ante un hecho único en la historia de ese país, que indudablemente va a golpear sobre el viejo bipartidismo. Y también dentro de mismo Partido Republicano hay un ala que nunca estuvo de acuerdo del todo, porque no acordaron con la metodología que desconocían toda línea política o de cierta mesura que necesitaban, inclusive, para que la injerencia sea menos notable, en todo caso”.

La analista también se refirió al contexto en el que se dan estos comicios, “con millones de personas en las calles, en una rebelión histórica en Estados Unidos, no solamente de afroamericanos y latinos, también de blancos y de muchísimos jóvenes, y con tropas federales repartidas en varios estados, por primera vez en la historia de ese país”.

“Empieza otra etapa de la historia que no podemos ignorar y tenemos que ver el papel que vamos a jugar nosotros o el que elegirán para nosotros si no asumimos, en este momento de debilidad del imperio un papel preponderante en nuestra historia latinoamericana, porque Estados Unidos se ha transformado en un imperio bananero”, aseguró Calloni.