18/04/2024 - Edición Nº1961

Economía | 22 mar 2022

ANÁLISIS

Crece la producción de maquinaria agrícola nacional y recupera sus exportaciones

Sendas subas del 20% y 60% el año pasado proyectan un 2022 alentador para los fabricantes, que aún piden la sanción de la ley sectorial y más protección frente a las importadas. ¿Cuánto influyen la sequía y la guerra en sus ventas?


Por: Patricio Ballesteros Ledesma

 

Cuando el Presidente Alberto Fernández inauguró el nuevo período de sesiones legislativas el 1 de marzo, en su discurso afirmó que “la producción de maquinaria agrícola tuvo un repunte extraordinario y fue la más alta en lo que va del siglo XXI”.

Yendo a las estadísticas, se corrobora que la fabricación de maquinaria agrícola en 2021 registró la mayor cantidad de unidades de los últimos 25 años. En términos absolutos, se registró una producción superior a 10.500 unidades, de las que más del 70% son tractores, casi un 20% son sembradoras y el resto cosechadoras trilladoras. El secreto estadístico no permite discriminar cuántas son de firmas argentinas y cuántas de multinacionales locales.

“Dentro de maquinaria y equipo, el principal impulso alcista se debió a maquinaria agrícola, cuya producción alcanzó el valor más alto desde 1996, de la mano del financiamiento a tasas accesibles, la mejor rentabilidad del agro y una notoria sustitución de importaciones”, consigna un informe del Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Desarrollo Productivo nacional.

Por su parte, la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola en su balance anual puso de manifiesto la buena performance de sus afiliados durante el año y destacó el progreso del sector, que venía de años con caídas productivas. 

“El 2021 para la industria nacional ha sido un año bueno, en algunos segmentos hubo récord de producción y en otros ha significado un incremento, pero en promedio creemos que estamos un 20% por arriba del año anterior en cuanto a producción”, señaló Eduardo Borri, presidente de la entidad, en el evento de cierre del año.

El crecimiento interanual fue impulsado sobre todo por los rubros de tractores, sembradoras y pulverizadoras, y esa mejora productiva acumuló más de 5.000 puestos de trabajo adicionales en la cadena de valor a lo largo del año (el mayor incremento desde 2013, según datos oficiales).

Que polos productivos de maquinaria agrícola como Armstrong y Las Parejas en Santa Fe hayan estado entre los diez de mayor creación de empleo de los últimos dos años obedece a este fenómeno, explican en el informe Panorama Productivo de febrero del Centro de Estudios para la Producción.

Además, desde CAFMA explican que las empresas facturan un promedio de US$10.000 por mes por empleado, que llevó a toda la cadena metalmecánica a alcanzar una facturación equivalente a los US$3.000 millones en 2021, con una plantilla de 32.000 empleados formales. 

“Esto implica que cada 1% que crece nuestro sector en su producción local genera 300 puestos de trabajo y unos US$36 millones de dólares adicionales de facturación anual”, remarcó Borri. 

[Las amenazas internas y externas]

Sin embargo, ya en el primer mes de 2022 los buenos desempeños comienzan a moderarse y se observa una desaceleración interanual. Esto se debe, en parte, por las vacaciones del personal, el ausentismo en la tercera ola de COVID y los cortes de suministro eléctrico en la segunda semana de enero por la mayor demanda residencial ante la ola de calor.

En el índice manufacturero industrial (IPI) que releva el INDEC, en el rubro maquinaria y equipo, sobresale por su incidencia positiva la maquinaria agropecuaria con una variación porcentual del 16,4% entre enero de 2022 e igual mes del año anterior. 

Por otro lado, y si bien la importación está restringida por la falta de dólares, la competencia para los fabricantes nacionales de las maquinarias extranjeras continúa arrojando un déficit de balanza comercial importante. Y esto más allá de la coexistencia a nivel local con empresas multinacionales que fabrican en el país. 

Por eso es que en el sector continúan pensando que esta actividad tiene que ser incentivada e impulsada, ya que la fabricación de maquinaria agrícola necesita una mejora permanente. Y los industriales coinciden que para eso se requiere de una política industrial específica, con estímulos a la integración nacional, la inversión, el empleo y las exportaciones.

Un objetivo importante para este año era la expansión hacia mercados extranjeros tras la pandemia, recuperar destinos como Rusia y Europa del Este, fortalecer África y consolidar Sudamérica. 

Pero la invasión rusa a Ucrania y sus consecuencias a nivel global, ya complican el panorama no sólo en ese sentido sino en sostener las ventas proyectadas de antemano, debido al aumento del costo de los fletes, el cierre de fronteras y los nuevos problemas logísticos.
    
En la entidad empresaria reconocen que hubo mucho crédito para el sector en los últimos dos años, pero creen que esto se va a tener que complementar con el impulso de la Ley de Maquinaria Agrícola Nacional, para diferenciar las producidas en el país de las importadas, que todavía tienen como una asignatura pendiente. 

En septiembre del año pasado el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se reunió con representantes de las cámaras empresariales de los fabricantes de maquinaria agrícola para analizar ese proyecto de ley, que busca promover a las firmas nacionales, que explican el 80% de la mano de obra sectorial y el 20% de la facturación total.

[El desafío de exportar por US$100 millones]

Desde la entidad empresaria se estableció que los desafíos para 2022 son mantener y cumplir con los niveles de venta y entregas, y seguir investigando y aplicando la mejor tecnología mundial en desarrollo. La nueva coyuntura geopolítica implicará un esfuerzo mayor.

En relación a las ventas al exterior, desde la CAFMA aseguran que el 2021 se cerró con un 60% de incremento, y se computaron exportaciones por US$80 millones. Este crecimiento debería continuar en 2022 y estar por arriba de los US$100 millones, de acuerdo a sus estimaciones. 

“Si bien es importante el crecimiento, aún es muy inferior a lo que tuvimos en 2012 que fueron US$250 millones. Creemos que es importante que esté presente la banca pública ofreciendo créditos a tasa cero en dólares para el mercado internacional”, puntualizó Borri. 

Es importante aclarar que esta fama industrial tiene una alta utilización de insumos importados, tanto en las fábricas nacionales como en las extranjeras radicadas.

El sector de maquinaria agrícola en la Argentina se encuentra compuesto por más de 550 empresas. Casi el 40% de las firmas se concentran en Santa Fe (221), mientras que Córdoba aporta el 22,7% (126) y Buenos Aires el 21,3% (118) de los fabricantes, según un reciente estudio de la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM.

En particular, se advierte que la localización geográfica de las empresas de maquinaria agrícola en las provincias de la Región Centro es coincidente con la principal zona productiva del sector agrícola. Esto les permite a las firmas tener una mayor cercanía con los productores que demandan estos bienes de capital.

Sin embargo, la mayoría de las empresas fabricantes de tractores y cosechadoras son filiales de firmas multinacionales. En el caso de las sembradoras, el entramado productivo se encuentra atomizado y está compuesto principalmente por pymes de capitales nacionales, así como en el segmento de las pulverizadoras, pero con un mayor grado de especialización.

[Cosechas, precios y retenciones condicionan las ventas]

Al igual que en el nivel de producción, históricamente las ventas de maquinarias e implementos agrícolas en el país, tanto nacionales como importadas, están directamente vinculadas con el volumen de la cosecha agrícola y los precios internacionales en cada ciclo agrícola. 

Al vincular estos números se observa en cada período que por cada peso que crece el valor de producción agrícola, la facturación del sector de maquinaria agrícola lo hace en cinco centavos, según el citado informe de la UNSAM. 

Así, una interpretación de esta ecuación es que, en promedio, el 5% de las ventas de los productores agrícolas se destina a la compra de maquinaria agrícola e implementos. 

En forma aproximada se puede predecir de esta manera la evolución del sector industrial, como así también medir potenciales efectos que puedan tener las políticas agropecuarias y, además, las coyunturas como la sequía local y el contexto de guerra global. 

El cambio en los derechos de exportación de alguno de los cultivos principales también incide de inmediato en las ventas y preocupa al sector lo que podría ocurrir este año en esa materia, pese a desde el MAGYP lo descartaron por ahora.

Sin embargo, los primeros datos del año son favorables para el sector. Los patentamientos de cosechadoras, tractores y pulverizadores en enero alcanzaron a 546 unidades, lo que representa una suba interanual del 32%, según las estadísticas de la División de Maquinaria Agrícola de ACARA. 

El año productivo para el sector se inicia con la Expoagro en San Nicolás, que cierra mañana con su mayor edición en la historia. La realización de rondas de negocios y contactos comerciales para ventas son los indicadores de cómo será el devenir de las empresas en los próximos meses y qué pueden esperar para el resto del ejercicio.

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