29/03/2024 - Edición Nº1941

Entrevistas | 1 ago 2009

Mirta Iriondo: Fuerzas Armadas para el desarrollo nacional

Ex detenida desaparecida, testigo clave en la causa contra varios torturadores de la última dictadura, es en la actualidad Directora General de Planificación Industrial del Ministerio de Defensa, espacio desde el cual, con su amplia formación académica, busca aportar al desarrollo nacional.


Por Juan Manuel Fonrouge

Primero fue secuestrada en el centro de detención “El Vesubio”, donde se juntan la autopista Riccheri y el Camino de Cintura, para luego ser trasladada a “La Perla”, uno de los centros de su provincia natal Córdoba. Con sus pruebas testimoniales sobre cuatro detenidos desaparecidos permitió el juicio contra Luciano Menéndez y Jorge Acosta, entre otros militares.

Es Licenciada en Física Teórica, Doctora en Matemáticas y tiene un Master en Ingeniería Física, títulos académicos a destacar en su amplio currículum y trayectoria, tanto en nuestro país como en el extranjero, puntualmente en Suecia, donde se mantuvo en el exilio.

El primer pensamiento al abordar el tema de las Fuerzas Armadas (FFAA) y desarrollo nacional es si en un país que todavía no ha podido avanzar en sumarle valor agregado a la producción primaria, en el que el modelo agro exportador sigue primando, teniendo gran parte de la población sumida en la pobreza, pensar en el desarrollo industrial en un área que –a priori- me resultaba secundaria, no es algo contradictorio. Sobre esto comenzó opinando la entrevistada.

Lo primero que tenemos que pensar, la definición primordial que uno tiene que ver es: ¿necesita un país de América del Sur FFAA?, ¿para qué las necesita? Hay tareas defensivas que tienen que cumplir, hay una cantidad de definiciones que esta gestión hizo al respecto…

¿Cuáles son esas tareas?

Cuidar las fronteras del narcotráfico; en caso de agresión externa, las fuerzas deben disponer de medios para la defensa del territorio nacional, por supuesto que se definió claramente que la intervención de las FFAA es solamente ante la agresión de un Estado extranjero. Para otro tipo de seguridad interviene otro Ministerio.

¿Pero desde dónde se puede pensar a las FFAA para aportar al desarrollo nacional?

La primera pregunta es cómo utiliza un país como el nuestro los escasos recursos que tiene para la obtención de medios para las FFAA. Relacionado a esto está el desarrollo tecnológico, lo que te permite tener soberanía, porque uno deja de depender del exterior. En este aspecto tenemos desarrollo, pero muy poco, el mayor ejemplo es el INVAP, que es una empresa nacional y del Estado, y que es un organismo comercial y no militar, pero por ejemplo, el desarrollo de radares comerciales nos permite luego avanzar en un prototipo de un radar fijo para el ejército. O comprás afuera o empezás a desarrollar algunos proyectos en el país, bajando costos y teniendo mayor soberanía, que no sólo es soberanía nacional, sino también regional. Los proyectos relacionados a las FFAA siempre son costosos, por eso estamos teniendo relaciones productivas conjuntas con Chile y Brasil. Lamentablemente son procesos lentos, porque siempre los países del Cono Sur hemos tenido hipótesis de conflicto entre países vecinos, lo que hace que el proceso de integración o desarrollo conjunto en esta área sea muy lento.

¿Cómo se viene desarrollando el proceso de sustitución de importaciones en las FFAA?

Siempre que se plantee suplantar importaciones para un desarrollo nacional se tiene la ventaja de generar mayor valor agregado. Poner a trabajar universidades o centros de investigación y desarrollo. Cuando yo compro salen divisas del país. Lo que vos hagas acá gran parte de ese dinero queda acá y además desarrollamos tecnología. En la mayoría de los casos, no sólo en Argentina sino en el mundo, algunos de estos procesos productivos requieren de la asociación comercial con otros países. Lo que limita nuestras FFAA es que no podemos pensar en tener el sistema de armas de países que tienen una política agresiva, como EEUU o la Unión Europea. No obstante, tenemos algunos proyectos desarrollados, como Astilleros, la fábrica de aviones, Tandanor, etc. En este último caso, se había privatizado, presentó quiebra y el Ministerio la recuperó y se logró mantener las instalaciones. Hoy en día se ha empezado con el mantenimiento mayor, con soldadura de submarinos, que si bien no es producción ya es un paso. Esto necesita mano de obra muy calificada. Utilizando el dinero con el que antes comprábamos afuera se mueve toda una parte de la economía, se mueve no solamente todo lo que sea cableado, etc. sino que concurren un montón de saberes, desde el investigador que está en un centro de investigación, el ingeniero que hace el diseño, muchos proveedores nacionales que están alrededor de esto, y lo mismo ocurre con el mantenimiento. Para nosotros es fundamental. Te da soberanía desde el punto de vista tecnológico, el dinero queda en el país y después podés vender tu producto afuera. En estos momentos estamos tratando de ver si los submarinos del Perú se pueden arreglar en Tandanor. Tenemos un proyecto productivo entre Brasil y Argentina que es “El Gaucho” (prototipo de vehículo liviano aerotransportable), y distintas PYMES en la provincia de Buenos Aires que fabrican distintas partes y se arman en conjunto con Brasil. Todo ese dinero sirve para desarrollar la industria nacional.

 

En breve va a ser tratado en el Senado de la Nación la recuperación de la fábrica de Aviones de Córdoba "Brigadier San Martín". ¿Cuáles son los objetivos a lograr con la empresa en manos del Estado?

Primero esperamos que sea aprobado en el Senado, en Diputados tuvo mucho consenso, aunque estamos en una situación política distinta. Lamentablemente, los argentinos todavía no hemos logrado crecer, fijar ciertos pilares del desarrollo nacional que no sean tocados por ningún gobierno. La fábrica tuvo su esplendor entre el 1945 y el 1955, se había logrado una línea de producción de un motor, pero cuando viene el golpe cierra la empresa y empieza a comprar afuera. No hemos podido lograr un consenso nacional. El otro proyecto es el Cóndor, que se deshizo totalmente. Lo avaló (Raúl) Alfonsín y cuando llegó (Carlos) Menem desapareció. Por supuesto que en ambos casos por decisiones que trascienden la frontera.

Lograr definir bases de acuerdo nacional que trasciendan a los gobiernos…

La fábrica de aviones “Brigadier San Martín”, el proyecto Cóndor, Fabricaciones Militares, Tandanor, son fábricas a las que el pueblo aportó mucho dinero para construirlas para que después lleguen gobiernos que las destruyan. Los partidos políticos deberían ponerse de acuerdo en que ciertos resortes que hacen a la seguridad nacional, a la soberanía nacional, al desarrollo nacional no se deben tocar. Que se vaya un gobierno, pero que ciertas políticas continúen. Cuesta mucho que se entienda esto. En el caso de una industria como la aeronáutica, el corto plazo son 5 o 6 años, o sea que el corto plazo trasciende un gobierno. Va a venir un gobierno de una ideología o de otra y el proyecto debe continuar, porque si se muere el proyecto, se muere la inversión. El político que toma una decisión hoy, va a tener sus frutos dentro de 10 años. En las empresas estratégicas el rédito lo tiene la soberanía nacional, la Nación, no lo puede cosechar el que lo comenzó. La oposición está discutiendo ‘no vaya a ser que se gasten tantos millones’, pero no están pensando en el desafío que hay por delante. Se discute siempre la forma, pero no el fondo, lo estratégico para la Nación.

¿Qué están aportando las FFAA para el proceso de integración de América Latina?

 

Con Brasil tenemos un grupo de trabajo conjunto, del cual soy integrante, para proyectos tecnológicos. Uno de los objetivos que tenemos con la fábrica de aviones es ser proveedores de aeropartes para Embraer (empresa brasilera de aeronáutica). El último avión que producimos fue El Pampa, hasta que Menem paró la producción. Estamos muy atrasados en la tecnología, por eso nos parece que tenemos que estar en la cola de alguno de los grandes productores de aviación, y el socio natural es Embraer. Empezar a hacer aeropartes nos va a permitir colgarnos de Embraer y que nos arrastre en ese proceso de modernización. Si hacemos bien los deberes, vamos a estar en condiciones de hacer aeropartes en 4 años. Es importante porque si uno desarrolla bienes comerciales ese conocimiento civil puede volcarse a lo militar, distinto a otros países donde desarrollan lo militar y ese conocimiento después se vuelca a lo civil.

 

Hay muchos centros de investigación privados con muchos científicos y desarrollistas que buscaron hacer cosas afuera para sobrevivir. La época de los ’90 fue muy dura para la ciencia. Ahora no hay científico que se dedique a la investigación que pueda decir que esta gestión, la de 2003 y la de 2007, no tuvo una buena política en ciencia y tecnología. Si hay algo que esta gestión ha tenido y no se ve, que no sé por qué no se explica mejor en los medios, es en ciencia y tecnología. La cantidad de laboratorios que se han hecho en universidades, compra de instrumental, computadoras. En defensa nos hace falta ver más allá de lo que es ciencia y meternos un poco más en lo que es desarrollo e ingeniería. Tenemos algunas ideas que estamos trabajando con el Instituto Aeronáutico para armar un centro de ingeniería, que haga ingeniería para el desarrollo y para investigación, que le resuelva problemas al Estado, a las FFAA, que venda tecnología para afuera y mantenga al personal actualizado.
-El sistema educativo no estuvo ajeno a las reformas neoliberales, ¿Cómo se revierte la falencia en capacitación técnica para el desarrollo local?
-La primera dificultad parte de que vos no le podés imponer a un científico que investigue en un área si le interesa otra; muchas veces estas decisiones están fundadas en lo económico. Si hay subsidios para ciertas áreas y otras no, ahí estás direccionando la política. Hay que direccionar el conocimiento hacia las necesidades del Estado y para el desarrollo nacional y regional. Se llama a concurso para que se presenten distintos proyectos y se elija el más adecuado, de esa manera se va naturalmente seleccionando a los proyectos que hacen a un desarrollo de país. Eso tiene que hacerlo la política. Si no está la política, los científicos van a seguir haciendo cada uno distintas cosas por su lado.

 

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