19/04/2024 - Edición Nº1962

Sociedad | 1 may 2009

ANÁLISIS

Los derechos de autor en el mundo digital: el futuro ya llegó

Las nuevas tecnologías, los derechos de autor, la legalidad e ilegalidad de la copia digital, el acceso a conocimientos y cultura, y la criminalización creciente del acto de compartir son temas de discusión que se están llevando a cabo en la II Cumbre Mundial de Derecho de Autor en Washington, la ley antipiratería en Francia y el juicio al portal sueco de Internet Pirate Bay. En nuestro país, organizado por la fundación de Software Libre: Vía Libre y por el colectivo de la radio La Tribu, se llevaron a cabo dos jornadas –el 12 y 13 de junio- en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.


Por: Hernán Cacace

En los 80 fue la tecnología digital; en los 90 el formato MP3 que permitía reducir entre 10 y 20 veces las necesidades de almacenamiento de un archivo musical sin que hubiera una pérdida sensible en su calidad de reproducción, integrando la industria discográfica y la industria informática; y en la década que corre, con la aparición de la Web 2.0 (Youtube, blogs, wikis, redes P2P, redes sociales) y la masificación de la banda ancha, se revolucionó el mundo de la música y los archivos, produciendo un intercambio y una circulación de información y de bienes inimaginada. Dentro de este contexto, un reporte de la IPFI (la Federación Internacional de la Industria Fonográfica) revela que: en el mundo la cantidad de descargas no autorizadas alcanza los 40 mil millones de archivos, mientras que en nuestro país, según Capif (la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas), la suma, por ejemplo durante el 2007, llegó a los 40 millones de álbumes. Sebastián Vázquez, prensa y comunicación del colectivo La Tribu, explica al respecto: "Nos parece que tanto las discográficas, como las editoriales, como todas las industrias del entretenimiento en general, hicieron fortunas a causa de monopolizar el arte, el conocimiento, los libros, la música y ésta es la primera vez en la historia que la gente tiene la posibilidad, por un costo marginal mínimo, de reproducir, almacenar y compartir conocimiento en distintos formatos. Que la industria criminalice este movimiento por la cultura libre es no adaptarse a los tiempos que corren, es no entender que el paradigma cambió y que no somos piratas, que somos seres que comparten contenidos".

El cambio al que se refiere Vázquez tiene que ver con la derogación de la ley de propiedad intelectual, que rige en nuestro país desde 1933. "Con la ley 11.723 prácticamente no podés hacer nada. Entonces, lo que se buscan son resquicios legales, grietas. El concepto de propiedad intelectual es un error, porque lo que hace la ley es una comparación entre cosas materiales con la propiedad intelectual, pero la diferencia es esencial. Por ejemplo, si yo tengo un auto, vos no lo tenés; en cambio, si yo tengo una idea, un tema, un libro, con una fotocopia yo lo sigo teniendo, pero vos también lo tenés. La que pierde, en definitiva, es la industria. Planteamos como ideal que cualquier obra entre al dominio público. Actualmente, la ley dice que eso puede pasar después de 70 años de muerto el autor. La idea es promover que los que producen cultura licencien sus obras con licencias libres, copyleft, blindarlas, pero para evitar que se la apropien poderes restrictivos. Está demostrado que quien libera y cuelga algo en Internet no baja sus ingresos por ese hecho, porque el dinero se hace por otro lado. En el caso de los músicos, por ejemplo, con el show en vivo".

Sin embargo, cuando estás bajando un tema se supone que estás matando un cantante, un guitarrista, un baterista...

"Pasó con todos los formatos cuando salió el VHS. Dijeron que el cine iba a morir y sigue muy vivo. Cada cambio de paradigma la industria dice: ¡esta es la muerte del cine!, ¡esta es la muerte de la música! Eso de que cada vez que bajás un tema muere un artista, es mentira. Al músico le queda como mucho un 10 % de cada disco vendido...", aclara Vázquez.

A las conclusiones que llega el entrevistado no es difícil de arribar, si sabemos que de la venta de cada disco sólo un 9,4% le corresponde al autor, un 13% al distribuidor, el 16% a los ingresos de hacienda a través del IVA, el 26% es el beneficio del local que los vende y el resto, el 34,6%, queda para la compañía discográfica.

Federico Heinz es presidente de Vía Libre (fundación que se dedica a difundir la cultura y el software libre) y otro de los impulsores de la reunión, a la cual define como: "La necesidad de establecer una discusión sobre el tema del derecho de autor que esté por encima de la norma, del hecho de si se la cumple o no, o cómo hacemos para que se la cumpla. Me pregunto: ¿vale la pena hacerla cumplir?, ¿beneficia a alguien?, ¿a quién? Uno de los indicios que marcan la necesidad de hacer una charla como ésta es ver cómo, esencialmente, el derecho de autor está construyendo una generación de delincuentes, no porque la gente esté haciendo cosas que estén mal, sino porque hay un montón de gente que no ve que esté mal compartir cosas, compartir cultura y, sin embargo, el hecho de hacerlo está penado por la ley. Durante mucho tiempo no tuvimos las herramientas, pero ahora las tenemos con Internet, que no es otra cosa que una máquina de copiar del tamaño del planeta. Es uno de los síntomas que da cuenta de un cambio del entorno tecnológico. El derecho de autor fue pensado en un contexto distinto al actual y está fuera de forma a los tiempos que corren".

Si bien es verdad que hay un número muy grande de gente intercambiando archivos, ésto sucede en el ámbito privado. ¿Se están generando más discusiones de este tipo, de manera pública, o sienten que están a la sombra de lo masivo?

"La idea es tratar de que nos conozcamos los que estamos trabajando con esto en distintos lados. Estas discusiones no se dan en los medios principales, porque en general son propiedad de los mismos que pretenden mantener las cosas como están. El tema está en que hoy lo masivo es el intercambio de música y de gente compartiéndola. La divergencia entre la condena legal y la condena social que no condena. La gente no condena. El último bastión ya cayó. Hasta ayer, todos los medios habían mencionado una vez, al menos, que había una visión diferente respecto al tema de los derechos de autor, y el único que quedaba, que era Clarín, hoy justamente -(mención a la nota: "Piratería cultural en Internet: ¿el fin de la industria o el futuro inevitable?, 12 de junio de 2009)- hizo una mención al tema de la piratería. Que, aunque no lo hace de manera unánime, al menos reconoce que hay gente que propone otra cosa".

El software libre se caracteriza por no restringir la libertad de:

-usar el programa para cualquier propósito.

-estudiar el programa y adaptarlo a las necesidades del usuario.

-distribuir copias del programa.

-mejorar el programa y compartir esas mejoras con terceros.

Según Heinz, el software libre, a diferencia de uno privativo como podría ser Microsoft, "está a favor de la libertad. Creemos que no está bien permitirles a distintas empresas como Microsoft, Apple, Orange, esconder la forma en que funcionan esos programas, prohibirles a los usuarios que sepan cómo se usan, porque están restringiendo su libertad".

Criminalización digital

Los casos de criminalización del intercambio de archivos en Internet empezaron en el 2000 con el juicio de Metallica a los usuarios de Napster, que terminó derogado. Actualmente, sigue vigente el juicio a Pirate Bay, quienes se niegan a pagar una multa de 3,5 millones de dólares para compensar a compañías como Warner Bros, Sony y Emi, y a cerrar el portal. En Francia, una propuesta legislativa de ley antipiratería, que prometía facultar a las operadoras de Internet para desconectar a los ciudadanos descubiertos descargando contenido protegido por derecho de autor, fue rechazada hace días por anticonstitucional. En nuestro país, que no es la excepción, hay un caso emblemático y es el del docente de la carrera de Filosofía de la facultad de Lomas, Horacio Potel, quien relata su caso: "En febrero del 2008 me enteré que el Estado argentino me estaba haciendo una causa penal por difundir filosofía gratuita en la web. Esto aparentemente empezó en el año 2007 cuando una editora francesa que es dueña de sólo tres o cuatro libros de Derrida, que tiene como 100, hizo una queja a la embajada de Francia, que se comunicó con la cámara Argentina del libro, la cual hizo una denuncia, lo que devino en este juicio. El fiscal propuso como medidas intervenir mi teléfono, intervenir mi mail y en caso de sospecha también allanar mi domicilio. Estas cosas todavía no han sucedido. El cargo es infracción de la ley 11.723 que tiene una pena de hasta 6 años de cárcel".

Potel, además de la mencionada página del filósofo Jacques Derrida en castellano, tiene otra de Heidegger y también una de Nietzsche.

"Hace 10 años que mantengo estas webs. Pero ahora los tiempos han cambiado, ha habido un aumento progresivo de las restricciones en la web. Igual me sigue asombrando, ya que hay millones de páginas que hacen lo mismo y tampoco se por qué se eligió como ejemplo una página de filosofía. Pensé que, a lo sumo, una editorial, como pasó, me diría: no queremos que publiques esto, lo sacamos, está bien, pero esta embestida vino sin poder ser prevista", reflexiona Potel.

¿Es un caso aleccionador?

"Si así lo fuera, la cámara del libro debería estar haciendo una propaganda sobre esto. Pero en realidad, los únicos que estuvimos publicitando este caso fuimos nosotros mismos. La cámara jamás ha hecho alguna mención a través de la prensa o un debate sobre la cuestión. Tal vez el éxito de la página...ya que poniendo en Google aparecía después de Wikipedia."

De ahora en más, ¿pensás seguir subiendo páginas?

"Eso no te lo voy a contestar en un grabador." (risas)

Ya no se puede confiar en nadie...

"La idea es seguir luchando por esta página. Por más que la web es algo que siempre resiste y no hay forma de cerrarla, la ponga yo o alguien más, va a estar de alguna forma u otra en la web. Me parece que es un retroceso que salga una ley condenando la difusión de filosofía gratis. Pienso seguir una lucha para que eso no ocurra."

¿Y la página de Nietzsche?

"La de Nietzsche sigue abierta porque la fiscalía descubrió que Nietzsche había muerto hace 70 años y entonces decidió que no correspondía."

¿Y Derrida...?

"Murió en el 2004. Así que hay que estar un tiempo. Pero cuando pase ese tiempo, si sigue esto lo van a pasar a 200, 300 años y probablemente nunca llegue a dominio público y no haya producción filosófica para la gente que no haya podido acceder a este tipo de libros. Y no sólo por un motivo económico, sino porque como hay un monopolio, un derecho de copia, la editorial que los tiene y los publica cuando se le antoja, y esto puede ser en 20, 30 años. Lo mismo con el tema de las traducciones. No hay más traducciones de Derrida. Tenemos como obligación escribir, como estudiantes, en la carrera, en concurso, en una conferencia, tenemos que escribir, no necesitamos que nadie nos esté estimulando con el copyright para producir conocimiento. Lo que necesitamos es tener el material, porque la filosofía es una reflexión sobre la que escriben los filósofos. Si nos prohíben el acceso al material, están prohibiéndonos producir filosofía".

El debate seguirá abierto y así debe ser si las partes interesadas -incluso nosotros como usuarios- no quieren perderle pisada a los avances tecnológicos y a las consecuencias que éstos generan, como las nuevas formas de comunicación, circulación e intercambio de información, que crecen a pasos agigantados. Por lo pronto, la posibilidad de poder elegir, de tener las opciones y la libertad para poder hacerlo, siempre van a ser las más saludables.

 

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