27/04/2024 - Edición Nº1970

Economía | 1 jun 2013

INDUSTRIA ARGENTINA: DOS MODELOS

El contraste entre la década neoliberal y el período kirchnerista es evidente para muchos aunque otros lo nieguen. En ese sentido, el repaso de algunos números vinculados a la producción y al nivel de empleo se vuelve indispensable para entender la realidad argentina.


Por Noelia Torres, Guido Filippo y Hernán Aruj

Mientras resurgen discusiones sobre el estrangulamiento externo y algunos críticos proclaman el agotamiento del modelo, resulta pertinente detenernos en la evolución del sector industrial en los últimos 20 años para hacer un balance después de una década de kirchnerismo.

En esas dos décadas claramente vemos la oposición entre un esquema que dejaba a la economía librada a las fuerzas del mercado, y la posterior decisión gubernamental de encarar estímulos horizontales y sectoriales con fuerte sesgo proindustrial.

A nivel macroeconómico, un tipo de cambio fijo como la Convertibilidad instrumentada en los ‘90, que establecía la paridad del peso con el dólar, provocó al menos dos efectos principales sobre la estructura económica.

Balanza de pagos: el país directamente recibía los impactos de las expansiones y crisis externas. Para nuestra economía, los años de caída del PBI provocaban una fuerte salida de capitales y paradójicamente un mejor saldo comercial, ya que se importaba menos y se exportaba más al estar deprimido el mercado interno.

Producción industrial: se veía afectada directamente por el nivel en el que se fijó el tipo de cambio. Como en los ‘90 la referencia fue el dólar, y este se hacía más fuerte -revaluándose- contra otras monedas, la producción local perdía competitividad.

En el gráfico 1 observamos los desiguales comportamientos de la industria en uno y otro período:

Podemos constatar efectivamente que en el período 1993-2002 hay cinco años de crecimiento y cinco de caída de la producción industrial. En tanto que de 2003 a 2012 resaltan ocho años de crecimiento y dos (2009 y 2012) de leve caída.

Más importante aún es observar que el nivel de producción de la industria en 2002 era inferior en un 16 % al de 1993. Hay quienes definen esto como “industricidio”. Por el contrario, en 2012 y en el contexto de una fuerte crisis externa, el producto industrial era casi un 75 % mayor al de 2003.

Podemos concluir que las políticas neoliberales de los ´90 destruyeron la capacidad industrial, especialmente si lo vemos en contraposición al modelo iniciado en 2003. Esto puede verse reflejado en los niveles de empleo: si en 2003 la industria contaba con 820.506 trabajadores registrados, en 2012 lo hacía con 1.276.726 (datos del tercer trimestre). Se calcula que en 2002 existían un 38 % menos de puestos de trabajo industriales que en 1990.

Una nueva realidad en el comercio exterior

En un contexto de fuerte crecimiento de los precios internacionales de las materias primas que exporta Argentina, lo que muchos analistas llaman “viento de cola”, cabría esperar que el mayor aumento en las exportaciones proviniera del sector primario.

Estos mismos analistas son los que aseguran que Argentina está “aislada del mundo”. Sin embargo, desde la crisis financiera internacional que se inició en Estados Unidos en el 2009 y que hoy se ha generalizado en toda la Unión Europea, nuestro estilo de crecimiento ha sido revalorizado.

El aumento sostenido de las exportaciones es una característica propia y distintiva del ciclo económico iniciado en 2003. En 2011 y 2012, ese rubro representó el de mayor participación en las exportaciones totales, lo cual es una situación inédita en la historia del país.

Las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) siguieron creciendo a tasas que no tienen precedentes en nuestra historia reciente. Las exportaciones de origen industrial en 1993 representaban el 28% del total, mientras que en la actualidad representan el 34%. Lo que es equivalente a decir que exportamos alrededor de ocho veces más que las que producíamos hace 20 años, teniendo el mayor incremento desde el 2003 en adelante; de 7.703 millones de dólares a 27.659 millones de dólares.

En la actualidad, la inserción exportadora de la Argentina no se da solamente a través de los recursos naturales, como sí lo era antes de la crisis de la década del ‘30, cuando el modelo agroexportador de la época beneficiaba apenas a unos pocos, sino a través de las MOI, generando mayores puestos de trabajo. Piénsese que aproximadamente la tercera parte de ellas corresponde al sector automotriz, lo que representa toda una novedad, dado que por primera vez un complejo exportador industrial figura entre los más gravitantes del comercio exterior argentino.

Sumado a todo esto, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) también crecieron en su participación, lo que indica un aumento progresivo de incorporación de valor agregado en nuestra producción agropecuaria y la incorporación creciente de tecnología a la producción.

El análisis por productos

Al realizar un análisis de las exportaciones, a simple vista se observa que el material de transporte terrestre representa un 35,5% de las exportaciones de MOI y que este rubro se incrementó un 47% de 2003 en adelante, llegando en 2011 a casi diez mil millones de dólares. Del total de exportaciones MOI, tres ítems explican un 65%.

Otros componentes importantes de las MOI son máquinas, aparatos y materiales eléctricos (8,43% del total), rubro que también viene creciendo de 2003 en adelante. Metales comunes y sus manufacturas (10,4% del total), productos químicos y conexos (21,1% del total), también han registrado un significativo incremento. Esto nos permite inferir que existen políticas claras de industrialización y que no solo están orientadas a las industrias tradicionales (Manufacturas de Origen Agropecuario), sino que se está yendo paulatinamente a una industrialización pesada.

Reflexiones finales

A diez años de la implementación de un nuevo modelo de acumulación, basado la recuperación del poder de compra del mercado interno y una industrialización sustitutiva, se desprenden diversas conclusiones.

En primer lugar, que si bien en los primeros años la coyuntura internacional favoreció este proceso, desde 2008 en adelante diversos países se encuentran sumergidos en una grave crisis internacional. Sin embargo, la Argentina siguió en la misma senda de producción y exportación sin que ella la afectara significativamente, más allá del menor crecimiento registrado en el último año.

En segundo término, se puede observar que Argentina, que siempre tuvo una orientación hacia los productos primarios y hacia las MOA, en los últimos años cambió su perfil exportador hacia el predominio de las manufacturas y los productos con mayor valor agregado.

Finalmente, vemos que en la exportación de productos industriales van ganando terreno los vehículos de transporte, lo cual genera diversos eslabones, empleos de calidad y la posibilidad de desarrollo futuro de nuevos sectores productivos estratégicos, a partir de una correcta política de estímulo. Lo que redunda, aún con asignaturas pendientes y mucho por mejorar, en un desarrollo que nada tiene que ver con el modelo neoliberal que se dejó atrás hace una década, pero que algunos intentan reinstalar en Argentina.

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