26/04/2024 - Edición Nº1969

Geopolítica | 1 dic 2014

ROGELIO GARCÍA LUPO: “MI PRIMER LIBRO FUE UN BEST SELLER A CAUSA DE UN SECUESTRO”

El reconocido periodista cuenta los detalles de cómo desmenuzó los resortes económicos y políticos del poder militar en las dictaduras.


Por Julio Ferrer

Rogelio García Lupo es una leyenda del periodismo: estuvo en el diario Noticias Gráficas, cultivó amistad y enseñanzas con Scalabrini Ortíz y Arturo Jauretche; en 1959 formó parte con sus amigos Rodolfo Walsh, Jorge Ricardo Masetti, de la creación de la agencia de noticias Prensa Latina,en la Cuba revolucionaria; su pluma también se vio plasmada en el semanario obrero CGT de la Argentinos, en el diario Clarín entre otras actividades periodísticas de trascendencia. Con más de 60 años en el oficio es considerado uno de los fundadores del género de la investigación periodística en Argentina. Sus últimos trabajos se centran en tres figuras emblemáticas que marcaron la historia latinoamericana y universal del siglo XX: Últimas noticias de Perón y su tiempo, Últimas noticias de Fidel Castro y el Che

La novedad, es que la editorial Vergara reeditó este año la obra La Rebelión de los Generales-con el prólogo del periodista y escritor Fabián Bosoer- dos veces prohibida durante el gobierno provisional de Guido, en 1962; vendida clandestinamente y secuestrada en varias oportunidades de las librerías de Buenos Aires y de las ciudades del interior. Documento imprescindible en donde García Lupo analiza el rol de las Fuerzas Armadas, sus conflictos internos, las logias militares, su desprecio por las instituciones democráticas, Juan Domingo Perón, los sindicatos, la violencia política y el intentar comprender el por qué del derrocamiento del entonces presidente radical Arturo Frondizi.

En esta conversación con Revista2016, García Lupo cuenta algunos detalles de cómo desmenuzó los resortes económicos y políticos del poder militar en las dictaduras con este libro y Mercenarios y Monopolios en la Argentina

-¿Se podría decir, que en la mayoría de su obra, la búsqueda se centra en los negocios y los regímenes militares?

-Cuando yo empecé a trabajar, en 1953, en el semanario de la Confederación General Económica (CGE), la presencia del Ejército en la política argentina era muy fuerte. De manera que fue bastante natural que eligiera esa problemática. Diría que, más que una elección mía, fue la especialización del país. Mi primer libro, La Rebelión de los Generales, de 1962, trataba todas esas cuestiones a propósito de la destitución de Frondizi. Y fue secuestrado por una decisión del ministro del Interior del presidente provisional Guido.

-¿Y usted qué hizo?

-El libro, que trataba sobre el derrocamiento del presidente Arturo Frondizi, denunciaba las conexiones entre el poder militar y el económico, algo poco tratado. Y era un desafío a la censura que existía. De hecho fue prohibido y se hicieron unos secuestros simbólicos en algunas librerías de la ciudad, presenté un recurso de amparo y la Cámara de Apelaciones del fuero penal me dio la razón, protegió el libro y ahí confirmé algo que siempre había sospechado: que no hay mejor destino para un libro que ser prohibido, porque a continuación vende muchísimo más. De ahí que mi primer libro fue un best -seller a causa de un secuestro.

-Otro libro suyo muy vendido fue Contra la ocupación extranjerapublicado en 1968

-Tuvo mucha difusión gracias a la censura de mi libro La Rebelión de los Generales.

En este trabajo, investigaba sobre el accionar de los grupos económicos y las empresas monopólicas extranjeras durante los gobiernos de los generales Onganía y Lanusse. Ese libro tenía un anexo: un listado de aproximadamente 150 oficiales de las fuerzas armadas que formaban parte de sociedades anónimas o integraban directorios de bancos. Había, por orden alfabético, coroneles, almirantes, generales en compañías petroleras, cerealeras y otras. De los más notorios, me acuerdo de Álvaro Alsogaray. Pero lo importante es que fue un aporte para probar que en esos momentos de tanta presencia militar en la política, para las empresas monopólicas extranjeras era fundamental tener un “abrepuertas” de uniforme. Por eso les ofrecían a los militares ser presidentes de sus directorios. Traté de dar a conocer eso, aunque la lista no estuviera completa; era apenas un botón de muestra.

-¿Cómo pudo armar esa lista?

- Fue un trabajo de investigación realizado a lo largo de muchos años. Mi método consistía en analizar la información que surgía de algunas fuentes poco tratadas. Por ejemplo, el Boletín Oficial, de lectura muy aburrida; ahí uno puede conocer el interior de las nuevas sociedades y bancos, que se van conformando, cosa que yo hice leyendo sistemáticamente. Otra fuente, también de lectura densa pero muy rica, son los avisos fúnebres, donde uno puede encontrar la pista de muchos contactos, porque no solo aparecen los parientes, sino también los nexos comerciales.

-En sus investigaciones sobre la relación entre poder económico y poder militar ¿encontró diferencias entre un sector nacionalista y otro de carácter vernáculo?

-En aquellos años había una guerra sorda dentro de los cuarteles. Las medidas a favor del capital extranjero siempre tuvieron oposición dentro de las fuerzas armadas, aunque muchas veces estos debates o estos cuestionamientos no tuvieron estado público, y otras veces sí. Mientras sectores favorecían la penetración del capital extranjero y el retroceso del nacional en áreas claves, muchos militares defendían el rol de la industria nacional. Después, vino el ciclón que se llevó todo por delante. Pero incluso durante la gestión del Ministro de Economía de los primeros años de la dictadura militar de 1976, Martínez de Hoz a favor del capital extranjero, hubo grandes debates en las fuerzas armadas y en la sociedad civil. Si uno revisa los suplementos económicos entre el ‘76 y el ‘80, va a encontrar fuertes críticas a esas políticas. La verdad es que entre los mismos uniformados había conflictos y contradicciones. Aunque en el balance general todo queda reducido al lado de las aberraciones de la última dictadura cívico militar. «

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