26/04/2024 - Edición Nº1969

Internacional | 23 oct 2020

ELECCIONES EN BOLIVIA

Contundente rechazo al gobierno de Facto y masivo apoyo a la continuidad del Estado Plurinacional

Añez tuvo que reconocer el éxito de aquellos a los que, hasta hace pocas horas, consideraba por lo menos como terroristas. Carlos Mesa, aquel que supuestamente iba a pelear el primer lugar con Arce y Choquehuanca, reconoció su derrota y todo parece indicar que ingresó, al igual que el resto del arco opositor al masismo, en la más absoluta zozobra depresiva.


Por: Fabián Lavallen - Director de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (UAI-Rosario). Licenciado en Historia y Licenciado en Relaciones Internacionales. Doctor en Ciencia Política (USAL)

 

Tratando de ser cautelosos, podemos decir que la victoria del Movimiento al Socialismo (MAS) fue absolutamente contundente. Tan contundente que la propia Jeanine Añez tuvo que reconocer el éxito de aquellos a los que, hasta hace pocas horas, consideraba por lo menos como terroristas. Carlos Mesa, el gran contrincante, aquel que supuestamente iba a pelear palmo a palmo el primer lugar con Luis Arce y David Choquehuancaquizás en un gesto de cierre de su carrera política, reconoció también su derrota y todo parece indicar que ingresó, al igual que el resto del arco opositor al masismo, en la más absoluta zozobra depresiva.

Hace un año, cuando comenzó el gobierno de Facto de Añez, decíamos que, ya desde los primeros días de su Gobierno, se podían identificar rasgos infames que hace décadas no se veían en el país del Altiplano. Apenas depusieron a Evo Moralesse violentaron rápidamente los mecanismos institucionales, favoreciéndose el “juego de suma cero” de los clivajes que el país ya poseía, y se comenzó a gestionar el poder como si fuera un gobierno legalmente instituido por el voto popular cuando, en realidad, sólo por intermedio de un paracaidismo insólito es que Añez llegó al Palacio Quemado.

Es momento de memoria, de mucha memoria, cosa que no impera en estos tiempos. No revanchismo, pero sí memoria histórica. Memoria por cómo se comportaron algunos líderes, algunos medios y ciertas figuras internacionales de la política.

Recordemos: a las pocas horas de asumir, Añez estigmatizó y persiguió a los líderes del gobierno saliente, estimulando desde múltiples medios la violencia racial y el revanchismo, en un país que posee una larga trayectoria de lamentable segregacionismo y apartheid en sus clases hegemónicas. Pero lo más grave que hizo esta mujer, fue darle “carta blanca” a las fuerzas de seguridad para reprimir y usar todos los recursos de la violencia estatal para frenar las marchas populares sin ningún tipo de responsabilidad ante la justicia.

Les dio impunidad legal a unas fuerzas de seguridad que buscaban formas de sublimar la impotencia de casi catorce años de ver a un indio como comandante en jefe del Estado. Así comenzó una cacería feroz contra los masistas y evistas, contra indígenas, contra líderes de izquierda, contra ex funcionarios, contra intelectuales y periodistas afines a Evo Morales; contra referentes de los movimientos sociales, y contra cualquiera que no profese la visión fundamentalista y retrógrada de la Bolivia blanca y elitista.

Arturo Murillo, nombrado ministro de gobierno a las pocas horas, indicó rápidamente que comenzaba una “cacería” con funcionarios del gobierno del MAS. Así como se lee: cacería. En complemento con este morbo, comenzaron las purgas en los domicilios de los más altos líderes del gobierno renunciante, lo que incluyó los domicilios privados de la familia de Evo Morales y la propia casa de García Linera, a quien, entre otras cosas, le destruyeron su biblioteca personal que tantos años le llevó acopiar (muchos de esos volúmenes comprados en Buenos Aires), con algo más de 30.000 volúmenes especializados en ciencias sociales y políticas.

Para coronar esta estrategia de violencia comunicacional, como era previsible, nombró a una odiadora profesional al cargo de Ministra de esa cartera, la “periodista” Roxana Lizárraga, como punta de lanza de la persecución ideológica. Lizárraga, quien durante 14 años tuvo libertad para decir las cosas más aberrantes del gobierno de Evo Morales sin ningún fundamento, fue la principal instigadora de la persecución, realizando uno de esos actos que quedarán impresos en los manuales de historia del continente como los más bajos e inmorales: la filmación del “lujoso” cuarto del presidente en la Casa de Gobierno, mostrando la insolencia de un indio pretendiendo dormir cómodamente en una cama confortable.

Recordemos también que nunca nadie demostró Fraude en las elecciones que se le impugnaron a Evo Morales. Es más, se obtuvieron más votos en estas elecciones por parte del MAS que en las que fueron impugnadas y “denunciadas” desde los medios.

Vale recordar, por ejemplo, que mientras la presidencia de facto comenzaba con sus tropelías, el prestigioso diario El Mundo de Madrid, en lugar de detallar las atrocidades de la mandataria boliviana, prefirió hablar de su estética moderna y sensual, en una nota titulada “La Angelina Jolie del legislativo boliviano”, donde enfatizaba encontrar una mujer “glamurosa, con la melena rubia, elegante y de buen porte”.

Asimismo, mientras muchos de los principales medios de la región, en aquellos días de octubre de 2019, no tenían reparos en ilustrar la situación de esos meses con los cuerpos de algunos de los muertos que se había cobrado la represión, cuando lo hacían, recordemos, suprimían el verdadero sujeto de los titulares. Las muertes eran siempre culpa de “la crisis”, no del gobierno. La gente moría casi por combustión espontánea, o por un hecho fortuito del destino, no por la ferocidad de las fuerzas armadas ante la impunidad otorgada por “Angelina”.

En esta lamentable transición, violenta como pocas, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha perdido un enorme caudal de credibilidad y respeto ante los países latinoamericanos: se transformó en factor desencadenante a partir del accionar lamentable de su titular, Luis Almagro, quien apoyó la anulación de las elecciones que lo daban ganador a Evo Morales, y nunca pudo comprobar el fraude del que hablaba. 

A partir de las elecciones del domingo último, ahora Almagro felicitó al presidente electo de Bolivia, Luis Arce, a quien le acercó el deseo de forjar un futuro brillante para Bolivia, “desde la democracia”. Entendemos que en estos casos no existen procedimientos para “pedir perdón”, pero por lo menos, un simple tweet le permitiría redimir un poco el penal mal cobrado.

Finalmente, el Ministro de Gobierno Arturo Murillo, en una mueca de extrema ironía, ahora acusa al MAS de comenzar una cacería de brujas para los colaboradores de la Presidenta de Facto Jeanine Añez. En una proyección de sus propias acciones, de algún modo ya empezó a buscar vías de escape para no enfrentar la realidad de la condena social, y, sobre todo, de la justicia.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Notas Relacionadas
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias